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miércoles, 2 de febrero de 2011

Alex de la Iglesia, La Academia de Cine y "la piratería".

Este articulo es la "primera" parte del que publiqué ayer y que tenéis justo debajo, de todas formas os dejo el enlace directo, el de ayer seria el complemento de este o su segunda parte.

Arriba Alex de la Iglesia presentando la gala
de los Goya del año pasado. (2.010)
Abajo en la presentación de los candidatos
a los premios Goya para la edición de este
año 2.011 coincidiendo además con
el 25º aniversario del certamen
Tras la reciente aprobación de la llamada "ley Sinde" el actual director de la Academia de Cine, Alex de la Iglesia ha anunciado que tras la ceremonia de este año presentara su dimisión al cargo que ocupa, ya que como él mismo dice en la carta que envió al diario "El País" no está de acuerdo con la forma en la que se están haciendo las cosas y aunque seguirá luchando por cambiarlas lo hará desde su posición natural, de director y no desde su cargo actual. Como podemos leer en la carta y si nos fijamos en las partes que he resaltado en negrita, Alex de la Iglesia ha sido un ejemplo perfecto de como una persona se enfrenta desde cero al "problema" de la piratería ya que desde primera hora reconoció que él mismo descargaba contenidos (películas) de la red, pero por el cargo que ha ocupado y por ser él mismo productor de contenidos, o sea autor y por tanto también afectado por la piratería, esto en mi opinión le ha convertido en la persona ideal para estudiar el problema desde un punto de vista equilibrado porque a la vez es autor e internauta que descarga contenidos "pirata". Me parece muy interesante lo que Alex de la Iglesia comenta en su carta cuando dice que decidió estudiar el tema con ambas partes del conflicto descubriendo que en contra de lo que muchos piensan "los piratas" no pretenden que todo sea siempre gratis, ya que reclaman una nueva forma de comprar contenidos, adaptada al tiempo actual y las modernas tecnologías pero la industria no parece enterarse de esto y simplemente pretende arreglar el tema con absurdas leyes que no van a conseguir absolutamente nada porque la piratería es imparable, siempre ha existido y siempre existirá. Desde el día que se inventó la fotocopiadora o el radio-cassette de doble pletina se abrió una puerta que jamás se volvería a cerrar, primero fueron las cintas de cassette, las cintas de vídeo, luego los CDs de música, ahora las películas, y en breve serán los libros digitales de forma masiva. Todo es “pirateable”, si hasta se piratean los productos de las grandes marcas fabricando imitaciones casi idénticas a menor precio.


Carta de Alex de la Iglesia enviada al diario "El País":

"Tengo que reconocer que estos dos años al frente de la Academia han sido de los mejores de mi vida. He aprendido mucho, he conocido gente estupenda, pero desde un ángulo distinto al del director. Comencé reconociendo que me bajaba películas, sobre todo porno, y sentó fatal a los distribuidores, a los exhibidores y toda la profesión en general. Incluso me llamó mi madre. Esas declaraciones adolescentes me llevaron a reunirme con ellos y entender su punto de vista. Lo mismo me ha pasado con el problema que nos ocupa, la posición de los creadores en la Red. Empecé haciéndolo fatal, sin conocer el tema a fondo y dejándome llevar por mis prejuicios, que son muchos y variados".

"Conducido de nuevo por el método ensayo-error, decidí reunirme con los que quisieran hacerlo para explicarme su punto de vista. Y de pronto descubrí que había muchos puntos en común. Nadie estaba a favor del todo gratis, estaban de acuerdo en reconocer los derechos (y obligaciones) del autor frente a su obra, y a todos les parecía correcto buscar una manera ágil y eficaz de hacerlo. Yo, por mi parte, reconocí que el modelo de mercado necesitaba ser ampliado y corregido, que la oferta legal no era suficiente, y que compartir archivos con libertad era algo inamovible y deseado por todos. Conocí a David Bravo, a Julio Alonso, a Josep Jover, a Francisco George del Partido Pirata, a David Maeztu, hablé con Enrique Dans, y muchísimos más, por Twitter.
Teniendo posturas absolutamente divergentes, el diálogo era fluido y sobre todo, constante. Soy un tipo con el genio fácil y dado a la respuesta rápida y poco meditada. Esta gente me dio una lección. Es cómodo hablar con los que te siguen la corriente: te reafirmas en tus ideas, te sientes parte de un grupo, protegido, frente al resto de locos que se equivocan. Por vez primera, aprendí que dialogar con personas que te llevan la contraria es mucho más interesante. Puede resultar incómodo al principio, sobre todo si eres soberbio, como yo. Pero cuando aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados. Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo. Hablé de ello en mi última película. La única manera de arrancárnoslo es mirar a la cara a la gente y decir lo que piensas con el convencimiento de que puede no ser cierto, que puedes estar diciendo o haciendo una tontería. No voy a dejar de discutir, pero francamente, prefiero hacerlo como director que como presidente. Lo coherente es dejarlo. Acabaré lo que he empezado, eso sí, no quiero decepcionar a los compañeros de profesión, y prometo no empañar la ceremonia con este asunto. Quiero que sea la fiesta que todos esperamos. El debate continuará, pero en un lugar adecuado. Después de la gala, dimito como presidente. Seguiré siendo miembro de la Academia, discutiendo y metiendo la pata como siempre, pero como director de cine, que es lo mío."


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Artículo Original de: PARTIENDO DE CERO . COM