Desde hace años las células madre prometen ser una de las mejores vías para curar muchas de las actuales enfermedades ya que estas tienen la propiedad de poder desarrollarse a nuestra elección en cualquier tipo de célula del cuerpo humano sustituyendo así a una enferma por otra nueva que se convertirá en una igual a la anterior y totalmente sana (aunque este proceso no es del todo exacto, ya que en el caso de las reparaciones cardíacas no está claro si las células llegan a formar un tejido nuevo o si mas bien estimulan la formación del nuevo tejido a partir del ya existente). Haciendo esto a gran escala se pretende conseguir la curación o reparación del órgano enfermo.
En el terreno de los daños en el corazón producidos por infartos, se ha venido desde hace unos años usando con relativo éxito la reparación con células madre de las "micro lesiones” que sufre el músculo cardíaco tras sufrir un infarto. El problema hasta ahora es que tan solo entre el 1 y el 10% de las células madre inyectadas en el corazón permanecen en el lugar deseado durante todo el tiempo necesario para su correcta implantación y eficacia en la reparación del músculo.
y usando células madre "mesenquimales" (extraídas de la médula ósea humana) han desarrollado (de momento solo se hacen pruebas en ratones) una nueva técnica que permite la fijación de las células en el lugar concreto que sea necesario, sin que estas puedan después desprenderse resultando del todo inútiles Dicha técnica consiste en usar un hilo de suturas compuesto de un polímero natural, concretamente de fibrina, una proteína muy importante en el proceso de coagulación. Este hilo es sumergido en un tubo lleno de células madre y de una solución de crecimiento, una vez dentro, el tubo va girando lentamente para que el hilo quede correctamente impregnado. Posteriormente el hilo es puesto en una aguja quirúrgica listo para ser utilizado.
Esta técnica en cierto modo es parecida a otra que recientemente también se está investigando y que consiste en aplicar parches (también con células madre) de tejido artificial hecho en laboratorio en zonas dañadas del corazón para que estas se regeneren. La gran diferencia entre ambas técnicas es que la nueva de la cual les hablo tiene la ventaja de ser menos invasiva ya que al tratarse de un simple "hilo" puede ser introducido mediante un catéter y no requiere de una intervención como ocurriría en el caso del parche.
Hay dudas aun sobre si estas técnicas podrán llegarse a utilizar para producir y aplicar la enorme cantidad de células necesarias para hacer una reparación completa de la pared de un corazón pero la investigación de momento sigue adelante y estos son solo pequeños pasos en lo que sin duda es un tema del que apenas hemos arañado la superficie.
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Artículo Original de: PARTIENDO DE CERO . COM
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